It's an evil fucking maze.

Esto es un puto laberinto, de eso no hay duda. Se piensa que debe haber una salida, que esa salida lleva hacia algún lado significativo, como todas las salidas; se cree que al dar la vuelta a la izquierda, siempre a la izquierda, como en todos los laberintos, se encontrará El Camino; porque se asume, ingenuamente, que uno y sólo uno es El Camino. Pero este pequeño y gigantesco retorcido laberinto está hecho de días, lugares, personas, y no termina. La salida lleva a otro laberinto, cada vez más complicado y grande que el anterior, y éste, a su vez, termina en otro laberinto. Sus paredes tapizadas de hermosos cuadros, música de Janis y Hendrix suena en los altavoces de los pasillos, pero incluso así. No queda más que recostar la cabeza, soltar los lastres, dejarse llevar por la inercia de los tubulares e iluminados túneles, deambular un rato en las sombreadas y amplias plazas, aminorar la marcha, correr, pero detenerse nunca. Disfruta el viaje, mi estimado. Sólo hay uno de éstos, y sorpresas te esperan en cada vuelta.
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1979. Durango. Uno de los mayores exponentes de nada en especial. El jugador más importante en su entorno inmediato. Detractor acérrimo y amante ingenuo de la existencia.