Navidad.

Les dijo mil veces que el Nocturno en Do menor de Chopin tocado al revés lo conminaba a quitarse la ropa y gritar blasfemias en medio de la nieve. Sus padres lo tacharon de outsider; sus maestros, de haragán faquiroide. Un sacerdote israelí comenzó el ritual del exorcismo el domingo a las 12:00 de la noche. Habló latín, griego, portugués moderno y un dialecto esquimal ya olvidado por todos. Cuando comenzó la primera levitación ya estábamos aburridos. Le colgamos lacitos y moños y una serie de foquitos nueva y cantamos villancicos a su alrededor.

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1979. Durango. Uno de los mayores exponentes de nada en especial. El jugador más importante en su entorno inmediato. Detractor acérrimo y amante ingenuo de la existencia.